Practicar en persona con un profesor de yoga es ideal, especialmente para los principiantes. Un profesor de yoga es capaz de observarte mientras practicas, te guiará en la alineación adecuada y te ofrecerá modificaciones que se adapten a tu cuerpo. Practicar yoga en casa es un buen complemento para tus clases en el estudio e ideal para los momentos en los que no puedes practicar con otros.
Cómo empezar a practicar yoga en casa
1. Crea tu espacio de yoga en casa
Tu espacio de yoga en casa debe estar en un área que sea relativamente apartada y carente de distracciones.
Lo ideal es poder tener un espacio dedicado para el yoga. Puede ser bastante fácil mover las mesas del café a un lado, empujar los muebles hacia la pared, y despejar una zona temporal para la práctica. Calcula un espacio algo más grande de lo que ocupa tu esterilla de yoga. Como mínimo, deberías tener 1,2 metros de espacio extra en la parte delantera, trasera y lateral de tu esterilla.
El yoga al aire libre o en el porche es genial si tienes la suerte de que haga buen tiempo, pero recuerda que el viento, los insectos y el ruido del exterior pueden distraerte incluso en los mejores días. Si hace calor, tu esterilla de yoga negra retendrá el calor muy rápidamente y, si el tiempo no es el ideal, tu práctica puede verse afectada porque tu atención se va a otra parte.
Ten en cuenta también el suelo. Las alfombras de felpa pueden resultar muy agradables bajo tu esterilla para el yoga nidra o una práctica de yoga restaurativa, pero también pueden desestabilizarte en una práctica de “power yoga” o en cualquier postura de pie o de equilibrio. Deja que tu esterilla sea el apoyo que necesitas, con una superficie plana y estable debajo.
Invertir en una esterilla de yoga para casa, bloques de yoga, correas u otros accesorios te ayudarán a mejorar tu práctica de yoga. Si no tienes accesorios específicos, siempre puedes utilizar un cinturón en lugar de una correa, un libro grande en lugar de un bloque o almohadas en lugar de cojines.
Por último, ¿de dónde vendrá el profesor? Si piensas seguir un programa de vídeo o audio en línea, ten en cuenta la conexión a Internet y a la red eléctrica, el lugar donde irá la pantalla si la necesitas y el sonido.
Una vez que la configuración esté lista, diviértete añadiendo elementos que te inspiren a practicar. Quizá quieras crear un altar casero en tu espacio de yoga con velas, aromas o fotografías de tus seres queridos. Decora con imágenes o citas inspiradoras.
2. Cómo encontrar un profesor de yoga en casa
Al seleccionar un profesor de yoga en línea, una buena regla general es elegir un instructor con un cuerpo o personalidad como la tuya. Mientras que la mayoría de los instructores pondránsu mejor esfuerzo para enseñar a todos los niveles, cada uno de nosotros en última instancia, se mueve de una manera que se siente bien para nosotros. El tipo de clase que mejor sienta a tu cuerpo probablemente se alineará con un profesor cuyo cuerpo sea similar al tuyo.
Por otro lado, un poco de ambición nunca viene mal. No rehúyas salir de tu zona de confort. Esta es una de las principales ventajas de practicar yoga en casa. Puedes caerte libremente de los equilibrios de pie sin magullar tu ego, y puedes usar las almohadas de tu cama para apoyar tus intentos con la postura del cuervo. Al abrazar tu nueva libertad para explorar y divertirte en la intimidad de tu propia casa, tu práctica se ampliará.
Si entiendes lo suficiente sobre cómo estructurar una clase, puedes convertirte en tu propio profesor de yoga en casa. En cierto sentido, siempre serás tu propio profesor de yoga en casa. Nadie te corregirá ni te hará ajustes prácticos, así que depende de ti estar atento y consciente. Escucha a tu cuerpo y a tu intuición. Al igual que lo harías en el estudio, nunca te fuerces a hacer una postura que te parezca insegura.
3. Establecer la intención
Una clase de yoga en casa será propensa a la distracción en formas nuevas y diferentes. Si estás atendiendo a una clase desde tu ordenador o teléfono, desactiva las notificaciones. Si dejas a un lado todos los pitidos y zumbidos, sigue existiendo la distracción de tu cocina, tu cama, tu familia o tus mascotas.
Si vives con otras personas, avisa de tus intenciones. Haz saber a tu familia o a tus compañeros de piso que vas a hacer yoga durante la próxima hora y que no estás disponible. Interiormente, comienza cada sesión con tu propia intención personal.
Una intención bien formada da a tu mente un ancla a la que volver cuando te distraigas, y ayuda a guiar tu práctica dándole cierta disciplina. Mantén una intención razonable y alcanzable. Puede ser de ayuda plantear tu atención en el presente, como si ya estuviera ocurriendo.
Tu intención podría ser verbalizar tu deseo de permanecer en tu esterilla hasta el final de la clase. La intención puede ser tan simple como una promesa de prestar atención a tu respiración o de permanecer presente y consciente.
4. Dedica tus esfuerzos
Al igual que te ocupas de calentar el cuerpo antes de cualquier asana avanzada, dedica tiempo a permitirte reducir la velocidad al final de tu práctica. Resiste levantarte de la esterilla para coger un bocadillo en la cocina, volver a tu escritorio o regresar con tu familia. Quédate en la savasana.
En casa encontrarás el mejor escenario para hacer un lujoso y largo estiramiento de enfriamiento, algunos giros en posición supina y una maratónica savasana. Apóyate en las almohadas y ponte cómodo con las mantas. Termina con una práctica guiada de yoga nidra o una meditación relajante.
Cuando te levantes, dedica un rato a una breve meditación de agradecimiento. Da las gracias por el lujo de una práctica móvil que puedes llevar contigo fuera del estudio y a tu casa o a cualquier lugar.
Termina dedicando los beneficios que has recibido al beneficio de todos, en cualquier lugar. Cuanto más cuides de tu propia salud y bienestar, mejor podrás ayudar a los demás.