Querido aventurero, querida aventurera, bienvenida, bienvenido a este nuevo espacio en el que nos reencontramos y nos reconectamos. Me gusta este momento en el que me siento delante del ordenador. Inicio un nuevo espacio, creo un nuevo espacio con su ritual de inicio y su ritual de cierre. ¿Sabes? Es importante crear tu momento. Si tú no lo creas, no te haces consciente, y si no te haces consciente, es como si no lo vivieras, como si no lo experimentaras.
Gestiona tus ciclos
Porque tu cuerpo está aquí, pero tu mente está ahí y total, que no te enteras de nada de lo que te está pasando. Te ha ocurrido alguna vez, ¿verdad? Pues por eso es tan importante que le digas a tu mente que es necesario iniciar y cerrar ciclos, momentos del día. Hay un momento para despertarse y desperezarse. Hay otro momento para alimentar tu cuerpo. Hay otro momento para informar a tu cuerpo y a tu mente de que vamos a decir que “sales al mundo”.
Leer más: ¿Has probado a crear una rutina matinal que te ayude a iniciar el día con la mentalidad adecuada? Te contamos algunas ideas aquí.
Te dejas tu privacidad, tu intimidad, y vas a lidiar con tu trabajo, tus quehaceres, tus rutinas, llevar los niños al cole, etcétera. Date cuenta de ello, de que el día se divide en múltiples momentos y es bueno y necesario ser consciente. Al mediodía es buenísimo que reserves tu momento de nuevo para estar contigo. Crear una pausa, alimentarte con calma, bajar el ritmo del estrés en el que estés metido. Y así ir dibujando mentalmente curvas en tu jornada diaria, donde vas pasando de la acción a la no acción, del estrés a la calma, del darlo todo a recibir tu parte correspondiente.
Pero si vas atolondrado, atolondrada, sólo lograrás marearte y no ser ni la mitad de productiva, eficiente que te gustaría ser. No te acuerdas de las cosas, no tienes energía suficiente, te cansas de despistas. En toda esta nueva situación que nos ha tocado vivir, me he visto empujada a cambiar mi ritmo laboral, igual que mi actividad laboral, prácticamente trabajo desde casa. Y si no hiciera nada por auto cuidarme, podría pasarme el 80 por ciento del día sentada y mi cuerpo pasaría factura.
Leer más: Uno de los fenómenos que influye en la dificultad para mantener una atención plena es la fatiga por compasión. Descubre qué es y cómo gestionarla.
¿Qué cambiar?
Así que decidí cambiar de rutina, cambiar mis hábitos, cambiar mi práctica de ejercicio físico. Lo he cambiado todo, me he adaptado a mi entorno cercano, con las opciones que tenía y me lo he puesto lo más fácil que he podido para seguir el ritmo y no estancarme. Planifico mi día con intervalos de acción física, con pausa mental y acción mental, con pausa física. Entreno por separado cada uno y está haciéndolo más eficiente y gratificante que conozco.
Crear un momento para cada actividad: momento de meditación, momento familia, momento concentración, momento creativo, momento distensión…¿qué momentos te estás creando tú, qué momento le estás diciendo a tu cuerpo y a tu mente que necesitas crear? ¿Qué necesitas darte? Solo desde ahí te puedes hacer consciente. Puedes vivirlo, experimentarlo, estar lo más presente posible. Y aprovecharlo al máximo.
