El Significado de Savasana y por qué Deberías Quedarte Más Tiempo

Hay un meme muy popular en las redes sociales que nos recuerda que, cada vez que alguien se salta Savasana, un unicornio muere. Nunca sabremos si esto es cierto. Lo que sí sabemos es que Savasana es el momento cumbre en cualquier clase de asanas. De hecho, toda la práctica de vinyasa tiene como objetivo permitirte descansar más cómodamente en esta forma final y más importante. Aquí, vamos a profundizar en el significado de Savasana y en por qué la próxima vez podrías querer hacerla por más tiempo.

El significado de Savasana

Al practicar Savasana, tenemos que intentar estar lo más cómodos posible, con el fin de evitar las distracciones físicas y poder centrarnos en descansar.

Savasana es una postura de descanso supino, en la que hay que acostarse boca arriba, totalmente relajado, con los brazos y piernas extendidos, las manos a los lados con las palmas hacia arriba y los ojos cerrados. Las personas que sufren de dolores en la parte baja de la espalda pueden practicar Savasana con una manta o un cojín bajo las rodillas, para permitir que esa parte del cuerpo quede plana. Hay una variante más extrema, que incluye el descanso con las rodillas dobladas y los pies apoyados en el suelo, con los dedos de los pies mirando hacia adentro, lo cual permite que las rodillas descansen la una contra la otra de un modo natural.

Las descripciones de Savasana como postura de yoga se remontan al Hatha Yoga Pradipika, un texto del siglo XV en el que se encuentran muchas de las primeras referencias a las posturas de yoga que aún se practican hoy en día. De hecho, es la única postura de todas las asanas que se incluye en cada secuencia, lo que da muestra de su importancia.

A medida que nuestra práctica física de yoga manipula y purifica el prana interior, surge una reacción de estrés que debe ser aliviada. Practicada al final de una serie de asanas, la postura de Savasana permite calmar el sistema nervioso central después del estrés ocasionado por el movimiento físico y la intensa respiración ujjayi. Al activar el sistema nervioso parasimpático, en Savasana amortiguamos esta respuesta de tensión física. Sin  Savasana, nos perdemos de la sensación de gozo y felicidad del post-yoga.

Un estudio de la National Journal of Basic Medical Sciences de Mysore (Revista nacional de ciencias médicas básicas de Mysore) demostró que la práctica regular de Savasana disminuye el ritmo cardíaco en reposo y lo lleva a uno hacia el control parasimpático. Por lo tanto, los practicantes de Savasana son menos propensos a padecer picos de estrés, incluso fuera de la clase de yoga. La Facultad de Educación Física de la Universidad de Sao Paulo, Brasil, informó de resultados similares. La práctica de Savasana disminuyó el ritmo cardíaco de los participantes en el estudio hasta 35 minutos después del ejercicio de relajación y el efecto fue el mismo tanto para los participantes hipertensos como para los normotensos. 

A nivel físico, la práctica de Savasana nos lleva a un estado de relajación profunda, devolviendo el cuerpo a la homeostasis después de una práctica física intensa. Sin embargo, en Savasana hay mucho más de lo que se ve a simple vista. 

Las prácticas de meditación más profundas tienen lugar en Savasana. El Yoga Nidra, por ejemplo, que se suele practicar durante una Savasana guiada, nos lleva a un estado de conciencia entre la vigilia y el sueño, donde aprendemos que somos mucho más que el cuerpo mismo. Esta profunda quietud, tanto en el cuerpo como en la mente, es necesaria para alcanzar la etapa de finalización del yoga, el samadhi, la plena integración con el amor universal y la felicidad trascendente.

Prácticas guiadas y pistas de músicas que puedes escuchar mientras estás en la postura de savásana:

Acerca de la postura del cadáver y del muerto

Se puede traducir Savasana como la postura del cadáver, aunque también se le suele llamar mrtasana o postura del muerto. En nuestra cultura occidental, no solemos hablar de la muerte, por lo que tu profesor de yoga probablemente usará el nombre sánscrito para Savasana más que para cualquier otra postura. Sin embargo, el poder de Savasana está directamente relacionado con la práctica y la preparación de la muerte, y separarla de ese hecho es distanciarse de su significado más profundo.  

Es útil recordar que nuestra práctica de yoga no se basa en conseguir cosas. Ni un cuerpo perfecto, ni una mente más clara, ni una vida llena de luz para siempre. Todos nosotros contamos ya con cada una de estas características y es a través del yoga que abrimos los ojos y eliminamos los pensamientos que nos impiden reconocer esto. El yoga consiste en dejarse llevar. Mientras que el cuerpo físico y el cuerpo sutil se benefician del movimiento y el esfuerzo de las asanas, el estado final del yoga sólo se alcanza cuando nos detenemos. Es en Savasana donde practicamos la muy importante tarea de no hacer nada, tanto en el cuerpo como en la mente. Cuando nos alejamos de nosotros mismos como actores, surge la felicidad.

De esta manera, se puede concluir que Savasana es la práctica de la muerte. La muerte del ego, la muerte de todo el deseo y la muerte del apego a cualquier cosa fuera de nosotros que erróneamente pensamos que causará nuestra felicidad y la muerte de toda aversión a cualquier cosa que pensamos que está causando nuestra infelicidad. En Savasana, practicamos el reconocimiento de que todo es perfecto tal y como es. No es necesario hacer nada más.

La postura de Savasana marca la muerte de lo que éramos cuando entramos a nuestra clase de yoga. Durante esta pose, tenemos la oportunidad de transformarnos. En lo que volvamos a nacer antes de despertar y salir al mundo, depende de nosotros.

El Ciclo de Yoga: Renacimiento

Es a través de  la práctica de la muerte, que recordamos la preciosidad de nuestra vida y recibimos inspiración sobre cómo vivir. Es el hacernos amigos con la impredictibilidad de la muerte, no sólo durante Savasana, sino en cada momento de nuestras vidas, lo que nos inspira a permanecer en nuestro camino espiritual.

Todo en este mundo surge, dura un tiempo y luego desaparece. Este es el ciclo del nacimiento, la vida y la muerte.

Mientras que el concepto de vidas pasadas y futuras, o renacimiento, puede ser difícil de entender, sólo tenemos que mirar en esta vida misma para ver que somos un humano completamente nuevo comparado con lo que fuimos cuando éramos un bebé, un niño, antes de un evento negativo o positivo que cambió nuestras vidas, o hasta incluso, la semana pasada. 

Practicar Savasana no sólo es un fantástico recordatorio de nuestra propia mortalidad y la impermanencia de nuestro cuerpo humano, sino que, con ella, nos damos cuenta de que somos mucho más que el cuerpo mismo. Al desaparecer la distracción del cuerpo físico, nos abrimos a la experiencia de la quietud y, si aprendemos a permanecer quietos, nos familiarizamos mejor con nuestras mentes.

Savasana es previa al hatha yoga como postura tradicional para practicar meditaciones de disolución, el ensayo general de un yogui para dirigir la conciencia a unirse con lo divino en el momento de la muerte. La muerte para los más altos practicantes de yoga no es un punto final. En el yoga, una muerte consciente marca una etapa de transición de esta vida humana a la eternidad.

Mientras que las prácticas de disolución formal requieren la guía de un maestro, cada uno de nosotros puede practicar una especie de disolución en Savasana, conectándose a una respiración más lenta y suave, o a los espacios entre cada respiración. Savasana es el marco perfecto para meditar sobre el amor universal y conectar con el estado de samadhi.

A medida que nos despertamos lentamente de la postura Savasana y de este estado, exploramos intencionalmente de nuevo en nuestro cuerpo como si fuera completamente nuevo, porque, después de practicar Savasana, lo es. Pasamos de Savasana a la posición fetal para imitar un renacimiento. A medida que nos elevamos, “renacemos” como una versión lúcida, pacífica y más amorosa de nosotros mismos. 

Nos levantamos de Savasana imbuidos con cada uno de los beneficios que hemos recibido al llegar a nuestro mat de yoga, y especialmente, del beneficio de permanecer quietos para esa postura de descanso final.